Chimeneas decorativas con sensibilidad contemporánea

La reforma y decoración de esta vivienda, nacida de la división de un piso, ha buscado un estilo clásico y distendido al mismo tiempo, en consonancia con los gustos y la edad de la pareja propietaria.

El piso de Elisa rodriguez abarca la mitad de lo que fue hasta hace un año un gran piso en un sereno barrio de Barcelona. "Compramos la propiedad a medias con un amigo, con la intención de dividirlo en dos; él fue quien eligió primero, pero yo estoy encantada con el espacio que me ha tocado". Y no extraño que así sea, pues a su zona le da el sol por la tarde, justo cuando ella está en casa, "y la vista es mucho más bonita". La casa ahora se prepara para recibir a su tercer habitante, el primogénito del matrimonio, que llegará en pocos meses. Mencionar a la familia es obligado para explicar la historia de la reforma, la decoración, toda la resolución de los detalles de este piso. En primer lugar, Elisa nombra a los dos profesionales que han participado decisivamente en esa labor: "Una cuñada mía, Mónica Olano, fue quien realizó el proyecto de reforma; y otra cuñada -agrega con una significativa sonrisa-, la interiorista Juliana Berri, fue quien me asesoró para la decoración". La amplitud de esta familia influyó incluso en la manera de plantear la reforma: "Tanto la cocina como el pasillo que lleva a los dormitorios se movieron hacia atrás para hacer el salón lo más amplio posible;es que mi marido tiene seis hermanos, así que cuando vienen de visita, cada uno a su vez con su familia, hay que tener suficiente sitio, aunque los niños se tengan que sentar en la alfombra", dice Elisa. 

Mónica Olano utilizó DM para realizar los zócalos, marcos de puertas y de la chimenea decorativa , y la librería empotrada. Acerca del color piedra que forma la base de toda la casa, Elisa cuenta que "el amarillo me parecía que avejentaría el ambiente, y el blanco me resulta muy frío". Más tarde, en el trabajo junto a Juliana Berri, se buscaron los contrastes para poder combinar las piezas de mobiliario antiguo con otras que le quitaran solemnidad. "Teníamos muebles de herencia demasiado bonitos como para no usarlos -señala Elisa-, como el piano isabelino. Pero tengo veintiséis años, y no quería que mi casa pareciera la de los abuelos; por eso los contrastamos con elementos como la lámpara de madera , o un baúl de cuero en lugar de mesa de centro". Pero no faltan los detalles de gusto clásico, como las cortinas con bandós o, ya en el comedor, la mesa isabelina. El contraste viene dado aquí por dos lámaparas con pantalla de tela y la chimenea de bioetanol sin humos que utiliza bioetanol para chimeneas y no huele ni produce cenizas. Por cierto, el cuadro que preside la mesa del comedor es de la suegra de Elisa, Lucía Lafita. 

De la cocina, señala la voluntad de aprovechar elementos que ya estaban en el piso, como la campana y los interiores de los armarios. En cambio, la zona del office, que la familia espera aprovechar sobre todo a partir de la llegada del bebé, es del todo nueva: "Por ahora -dice Elisa- nos gusta sentarnos en el comedor". La cerámica italiana de color gris claro elegida para el pavimento de la cocina es, según explica, lo más sufridoque encontró, dejando claro el criterio empleado: una casa cómoda y muy abierta al movimiento diario. Sin embargo, la atmósfera intima y muy reposada vuelve a reinar en el dormitorio principal. Separado por una puerta corredera, se ha instalado un muele lavabo, segregado a su vez del cuarto de baño. "Queríamos crear una transición entre el dormitorio y el baño, que funcionara al mismo tiempo como una especie de tocador -comenta-; por eso mandé reducir a una franja el espejo, que estaba preparado para ocupar toda la pared". El mueble, realizado en iroco, lo diseñó Mónica Olano, y a modo de lavamanos eligieron un par de picas de esas que suelen verse en los baños de las escuelas: "Quería que fuera amplio y cómodo -añade Elisa-, pero que se viera lo menos posible, que se pareciera más a un tocador que a un lavabo". Para el baño propiamente dicho, eligió unas piezas de mármol gris veteado que la conquistaron: "Me dije que como éste era mi ambiente más intimo, aquí podía explayarme y poner lo que me agradaría ver cada mañana". El dormitorio es una sencilla combinación de elementos y colores; la luz natural hace que aquí, el tono piedra del salón parezca más claro. Los muebles son los imprescindibles, de estilos diversos, pero unificados por la ligereza de las líneas. Aunque sutil, tampoco falta el juego de los contrastes: está en los dos colores del cabecero -"uno fresco, el otro cálido", dice Elisa-, y el bordado de las cortinas, que dan el toque clásico y parecen aumentar la intimidad del dormitorio. Colcha, manta y cojines forman distintos volúmenes tallados sobre los tonos piedra que caracterizan la casa.

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